Génesis. (2da parte)

Los romanticistas anduvieron por allí generando una epidemia de suicidios colectivos, la peste romántica infectó a la población mundial y más del ochenta por ciento de la población europea decidió volarse la tapa de los sesos a seguir leyendo poesía. Parecía como si toda esperanza de una nueva iluminación pública hubiera desaparecido, hubo pocos movimientos que se mantuvieron en pie de lucha para defender los derechos del libre albedrío, pero después de décadas de sangrientas batallas, la resistencia bajó las armas y se rindió ante el régimen de la tiranía erudita; lo que no sabían los sabios, es que el movimiento seguía vivo pero en forma invisible para la autoridad sabionda.
El plan de los pocos hombres libres que quedaban puso en riesgo el futuro de la existencia misma, pero sólo eso es lo que podría funcionar, había que derrocar a la tiranía desde sus mismas bases, el hombre libre común, tendría que infiltrarse dentro del mundo filosófico y atacarlo desde sus simientos, ¿Qué mejor forma de hacerlo que con el arte?

Génesis.

En un principio todo fue oscuridad y lola dijo --Hágase la luz, y la luz se hizo-- después, todo se lo llevó la chingada. De la total calma que llenaba y aturdía la nada, surgieron los eruditos, unas bestias sobrecargadas de semen, a las que no les pareció bien la existencia espontánea y crearon la filosofía, una pseudociencia que se encargó de eliminar todos los vestigios de felicidad que existían e implantó un nuevo oden. El régimen totalitario y opresor de la creación divina.

El hombre quedó establecido en un sistema pragmático de vida: nacer, crecer, follar y morir. Y la historia que antes era rica de leyendas y mitos, quedó reducida a períodos que dividen a los hombres por las fronteras del tiempo. La humanidad quedó inmersa en un letargo oscurantista iluminado sólamente por un farol en una calle parisina, de este modo, paris francia se convirtió en la ciudad luz capital del nuevo mundo.

Una vez que la bombilla del farol se fundió, las bestias que no fueron aniquiladas del todo, volvieron a corromper el alma de los hombres y a raíz de ese suceso un nuevo tipo de bestia caminó por este mundo; los romanticistas... to be continued.

Dionisio Crane